Un corto e intenso relato noir.
Stanley Kubrick no solo se nos presenta como el director de este filme sino como guionista, camarógrafo, editor y productor. Este, su segundo trabajo cinematográfico, nos demuestra porque se convertiría a lo largo de su carrera en uno de los mejores directores de cine de la historia.En esta ocasión estamos frente a un relato de amor entre un experimentado y adulto boxeador que está pensando en el retiro y una joven bailarina de un salón de baile, típicos clubs de la época de los cincuenta donde los hombres acudían a bailar con jóvenes señoritas y pagan por bailar uno o varios temas y por servicios de prostitución. Detrás de ellos, un inescrupuloso mafioso con aire latino, dueño del lugar, los atormenta.
La
película comienza con el protagonista, interpretado por el actor Jimie
Smith, relatando la historia desde el hall de una estación de tren, así
nos enteramos como se inicio en el boxeo, de donde proviene y como vive.
Todos los días, discretamente, observa a su vecina, la actriz Irene
Kane, desde la ventana de su departamento. Ambos viven de forma casi
miserable esperando que un golpe de suerte cambie sus vidas. Un día,
luego de un combate en el cuadrilátero que se convirtió en paliza,
estando durmiendo, escucha ruidos y debe intervenir para salvarla de las
manos de su jefe, el actor Frank Silvera. Así, fortuitamente es como se
conocen, se enamoran y en solo dos días deciden irse de la ciudad, algo
que el enamorado dueño del salón de baile no iba a permitir tan
fácilmente. De esta manera se desencadenan los hechos de violencia que
llevaran a actuar al protagonista de una forma que nunca lo hubiese
imaginado.
Para
poder contar este relato, que tiene todo el tinte de una película
independiente y de bajo presupuesto (las escenas se dan en lugares
públicos, no hay demasiados trajes ni puestas en escena) aunque de
calidad inigualable, el director se basa en dos aspectos técnicos
importantes, uno, el blanco y negro con el que filma la película.
Sabiamente utilizada, la iluminación le sirve para dotar a las escenas
de la intensidad, el suspenso y el dramatismo necesario. Del otro
debemos referirnos un poco más en detalle debido a que el filme cuenta
con muy poco dialogo, la mayor parte es un relato, esto lleva a que
tanto los sonidos ambientes como la música sean elementos claves.
Siempre escucharemos de fondo una bonita banda sonora de jazz pero en
las secuencias mas fuertes nos arrollara una potente música caribeña,
recordándonos al inescrupuloso jefe. También nos encontraremos con los
bulliciosos ruidos de las ciudades donde se desarrolla la trama,
Brooklyn y Nueva York, perfectamente acomodados.
En
definitiva, podemos decir que a la historia le falta desarrollo ya que
todo se resuelve rápidamente y de forma previsible, que tiene poco
dialogo, que la edición parece poco profesional, que además se hace
evidente la falta de presupuesto de una productora joven, pero estamos
obligados a reconocer que es una realización inteligente, bien
estructurada y donde se luce claramente que el realizar no es ningún
improvisado.
Esta obra de Claudio A. Borrello está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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